Mi sentir. Abenaura González



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Él y yo... entre las sabanas blancas, suaves y cómodas de su cama. La casa y la calle están en silencio, oigo su respiración. Aún duerme, miro su suave rostro, su dulce cara, sus pestañas largas e infinitas, sus labios. Tengo ganas de besarle , pero si le beso y se despierta pensara que soy rara. Me da igual, sé que pensará bien. Soy rara, ¿por qué no lo iba a admitir?. Me atrevo y le beso, tal y como dije, se despierta, y me devuelve el beso, dulce y dormido me sonríe, me acaricia el pelo, suave y corto, media melena, un poco más largo, para ser exactos. Le quiero, me doy medía vuelta. Su dedo roza suave mi espalda dibujando corazones y pintando el numero de nuestra fecha, el VEINTIOCHO. Perfecto número para nosotros. Decide ir a dar una vuelta, nos vestimos, salimos.
-¿A dónde vamos? 
-Donde siempre.
Ese banco color madera, donde apenas hay un rincón para escribir. Por desgracia o por suerte empieza a chispear, le da igual, sigue besándome tan dulce como el primer día. Aumenta la cantidad de agua, podríamos decir que estamos realmente mojados.
-Te quiero.
-Yo más.
-No, eres una mentirosa.
- ¡Mentira!
Salgo como un rayo, corriendo debajo de la lluvia, sin esperarle. Él lógicamente me sigue, como el mas tonto. Me encanta que me siga, cuando me voy, lo obvio también era que me iba a alcanzar, más que nada porque corre más que yo, me agarra de un brazo, resbala pero no logro escaparme, me mira...
+ ¿Por qué huyes de mí?
- Porque no te quiero.
+ ¿A no?
- No, no te quiero. Yo, te amo.
Y allí acabamos, debajo la lluvia, sin objeto que nos cubriera, besándonos y abrazados, como lo que éramos DOS adolescentes enamorados


Mi historia de Junio.

Volver a creer en el amor. Abenaura González.





Capítulo 1. 

Un día como otro cualquiera, fui a echarle de comer a mi perro. Cómo de costumbre, lo saqué a la plaza. Yo fuí por mi camino, sin pensar que pudiese haber alguien que me estuviese mirando. Pero, no fue así. Había un chico, alto, pelo oscuro, ojos verdes, de piel ni clara ni oscura, normal. Y, a medida que yo caminaba, él se acercaba. Yo no sabía el porqué, ni el cómo... Pero, se acercó por detrás, me agarró el brazo izquierdo, y me viró hacía él. Con esa boca tan cálida, me dijo estas palabras tan suaves que nunca olvidaré:
-Buenas tardes princesa, no sabía que existían chicas tan hermosas como tú.
-Hola ..-Reí-.Pues, yo no me consideraba una de ellas, ya vez tú.
-Deberías. -Me miraba fijamente a la boca, no me quitaba la vista, y hasta que soltó otras palabras-. Me llamo Gabriel, vivo en Barcelona.
-Yo... -Dije-. Me llamo Abenaura, pues yo vivo aquí en frente.
-Ya veo. -Dijo sin más-.
Los dos no sabíamos que decir, pues, solo con la mirada podíamos decirnos todo.
Nos quedamos un rato quietos, sin hablar. La verdad, es que la primera impresión que me lleve de Gabriel, fue muy buena. Era un chico a simple vista, que por dentro, parecía muy simpático. (Por lo menos lo que me dio haber en esos momentos, no sabía si algo iba a cambiar, para tener que quitar esa opinión de él). Como llevábamos rato callados, decidí hablar para no seguir con ese silencio que me agobiaba.
-Hace muy buen día ¿eh? -Dije-.
-La verdad es que sí, me encanta estas vistas que tiene tu pueblo de San roque. Y sobre todo que tengan una buena gente, porque, por lo que veo, la primera persona que me he encontrado eres tú. Y me pareces de muy buena compañía.
-Bueno, te queda mucho por ver, a si que, no digas mucho. Que te pueden encantar otras personas de aquí. No soy la única, ni lo seré.
-Puede que hayan muchas, pero, me quedo con la primera persona. -Dijo, poniéndome la mano sobre el hombro-.
-Oye.. -Dije, quitandole la mano sobre mi hombro-. No quiero que pienses, que soy de las que se enamora ya desde el primer día, no sabes cuánto he sufrido en esta vida, con los amores, y la verdad, es que todavía no lo he superado. Pienso, que quizás dentro de un tiempo, cuándo nos conozcamos más, podamos tener algo, pero, por ahora me interesa saber algo más sobre ti.
-Te entiendo, no hace ni 1 hora que nos conocemos y ya he cogido bastante confianza, a si que, vale. Vamos a conocernos mejor, y te prometo, que te haré sacar esa tremenda sonrisa que tienes en la boca.
Después de eso, me acompañó a llevar a mi perro a casa. Seguidamente, nos fuimos a la playa de Agaete, nos sentamos en un banco que había cerca del agua, y ahí estuvimos bastante rato, sentados, haciendo absolutamente una cosa, "MIRARNOS", no sé porqué, pero en su mirada encontraba todo lo que quería ver. Podía ver tantos sentimientos, como por ejemplo: paz, sinceridad, alegría, esperanza...etc. Tantos sentimientos que, me alegraban de poder sentirlos. Podía entender que... estaba bien. Que no se sentía mal por estar así, sino que se sentía agusto, conforme con lo que estaba haciendo. Hasta que al fin dijo:
-¿Sabes? Nunca me podía haber imaginado estar así con una persona, que no tuviera prisa por hacer algo, que quisiera ir... paso a paso. Tener a alguien con quien poder venir a la playa y solamente cruzar esas miradas, y saber que se siente en estos momentos.
Sorprendida por lo que había dicho, no sabía que decir. Solamente se me vio una sonrisa de oreja a oreja.
-No hace falta que digas nada. De verdad, me conformo con poder seguir estando aquí contigo.
-La verdad, es que me sorprenden tus palabras, ya que, nadie me las había dicho así, desde hace varios meses... -Sin saber porqué bajé la cabeza-.
-Princesa, dime que sientes en estos instantes, como compañero de este sendero que te prometí ser, te escucharé cuando haga falta. No me importa, dónde sea, no me importa cuándo sea. Lo importante, es que ese corazón no sufra más, porque aunque no me hayas contado nada de lo que te ha pasado, sé que has sufrido mucho, porque se te nota cuando respiras, o cuando hablas. Y sobre todo, cuando miras a alguien.
Sin saber el por qué, me acerqué a él, y le besé su mejilla derecha. Él, respondió ante eso, abrazándome. Y diciendo unas cortas y breves palabras:
-Nunca estarás sola.













PD: Mi historia de Mayo.

El amor duele. Abenaura González.





21/08/10


No me creo que me hayas dejado. Después de tanto juntos, ¿me dejas así? 
Te marchas, sin ninguna razón. Y yo aquí..., esperando tu llamada.

22/08/10
Mi dolor aumenta, no puedo evitar llorar. Las lágrimas caen y caen. Mi corazón se rompe en pedacitos...Poco a poco...

23/08/10
Me prometiste estar juntos siempre. Mi corazón sabía que las promesas nunca se llegan a cumplir...

24/08/10
Mi día a día es un sufrimiento sin ti. Te marchaste para dejarme aquí, sola...

25/08/10
Pasan los días sigo aquí esperando a que vengas...

26/08/10
Recuerdos me invaden y me ahogan en un mar de pensamientos. ¿Qué es de mi sin ti?

27/08/10
Tantas fueron las veces en las que te confié mis secretos más preciosos , te regalé mi más pura sonrisa, el más cálido de los abrazos.

28/08/10
Todo esto me duele. Me duele ver que tu aquí no estás. Me duele ver morirme por dentro.

29/08/10
Toda mi ira, mi dolor, mis ganas a morirme..., ¡AUMENTAN!

30/08/10
Tengo ansias de besarte...

31/08/10
Se acaba el mes..., sigo aquí, llorando por ti.

01/09/10
Con buen pie he empezado el mes...

16/09/10
Me fui de casa por un tiempo. Necesitaba salir, desahogarme. Todo esto me está matando.

17/09/10
Sigo aquí, esperando tu llamada. ¿Vas a volver?

18/09/10
Te pido por favor que necesito que vuelvas, no puedo aguantar más sin tus besos. ¡Tengo ansias!

19/09/10
No puedo. Necesito verte.

21/09/10
Hoy hace un mes que me dejaste. ¿No piensas volver! ¡Joder!

Pasaron dos años. No supe nada de Raico, mi antigua pareja.  

Hace tres meses, terminé mis estudios universitarios. Conocí a un chico llamado Miguel, tenía 23 años, era guardia civil. Me fue muy bien con él, a estas alturas mi madre lo conoce y se llevan perfectamente. 


21/10/12
Hoy hace, dos años y dos meses que Raico se había marchado.
La espera me dolió, pero la superé. 


26/11/13
Soy psicóloga.
Tengo que tratar con gente para ayudarles a superar sus problemas.

21/06/16
Me quedé embarazada. Miguel, me trata muy bien. Somos una pareja muy estable y madura.


(Historia de Abril)







Cayetano Morales Vega

El mar

Me acababa de mudar, a un pueblo de la costa. Según llegué me fui a la playa, hacía un día de esos que nunca se olvidan. Cuando decidí remojarme, vi que entre las olas ,había una especie de esfera muy brillante. Me acerqué para recogerla, y hubo una especie de trueno.Y a partir de ese día tuve mucha suerte.

El accidente. Andrea Santana González.

                          El accidente.

 Eran las 4 de la tarde, un día de verano. Yo estaba en mi casa sin saber qué hacer. De repente sonó el teléfono, una mala noticia...

 Hubo un percance: mi hija y sus tres mejores amigas habían tenido un accidente de coche. Todas estaban en el hospital. Yo, asustada, fui corriendo hasta la habitación y desperté a mi marido. Rápidamente nos vestimos y cogimos el coche para llegar hasta allí.

 Cuando entramos en la habitación donde se encontraban todas las chicas, vi como estaban, no parecían ellas. Tenían las caras raspadas y los ojos hinchados. Yo lloraba sin parar. No podía verlas así.  Pasó una semana y ninguna de ellas mejoraba.

  Finalmente, mi hija muere y sus amigas también. Al hacerles la autopsia, las chicas habían tomado drogas. Esa fue la causa del accidente.

No tomes drogas, no te arriesgues .

El niño que quería cambiar el mundo. Andrea Santana González.

     

    El niño que quería cambiar el mundo.

 Había una vez, un niño que vivía en la pobreza . Se llamaba Jose, era un chico de 14 años, que no iba a clases y se mantenía gracias a un pequeño trabajo. En su país, todos eran pobres y nadie, ni siquiera los presidentes de otros países, se preocupaban por ese lugar.

 Un día Jose, quería tener un futuro, esperanza de vida… Pensó en solucionar todo el tema de la pobreza, pero, no tenía ni idea. Entonces empezó a mantener contactos con otros países. Conoció a uno de los mayores presidentes de E.E.U.U. Aunque no se entendían bien, Jose consiguió que lo ayudaran a él y a su país.

 Esa ayuda no fue la suficiente para mantener a todo el país, sólo a la mitad y por muy poco tiempo. Jose siguió manteniendo contactos con más países, pero eso no le sirvió de mucho. Años más tarde, Jose muere sin poder solucionar " su mundo  ".

Ahora mismo, muchos países están esa situación, en ese  "mundo " de pobreza.  Tenemos que ayudar a los demás. No es difícil.

El niño que quería cambiar el mundo. Andrea Santana González.

El niño que quería cambiar el mundo.

 Había una vez, un niño que vivía en la pobreza . Se llamaba Jose, era un chico de 14 años, que no iba a clases y se mantenía gracias a un pequeño trabajo. En su país, todos eran pobres y nadie, ni siquiera los presidentes de otros países, se preocupaban por ese lugar.

 Un día Jose , quería tener un futuro, esperanza de vida… Pensó en solucionar todo el tema de la pobreza, pero, no tenía ni idea. Entonces empezó a mantener contactos con otros países. Conoció a uno de los mayores presidentes de E.E.U.U. Aunque no se entendían bien, Jose consiguió que lo ayudarán a él y a su país.

 Esa ayuda no fue la suficiente para mantener a todo el país, solo a la mitad y por muy poco tiempo. Jose siguió manteniendo contactos con más países, pero eso no le sirvió de mucho. Años más tarde, Jose muere sin poder solucionar " su mundo  ".

 Ahora mismo, muchos países están esa situación, en es "mundo " de pobreza. Tenemos que ayudar a los demás, no es difícil.

El pequeño gato.Roberto Díaz Quintana (Historia de mayo)

Un cirujano español logro recubrir con alambre el esqueleto de un perro recién nacido, para impedir el crecimiento natural. El perro se quedo pequeñito toda su vida .Todo el mundo estuvo encantado del experimento, menos el perro bonsái que tenía unos terribles dolores y un tremendo estrés.


Termino completamente adicto a los fármacos .Un día se harto de la situación y dijo: i Ya está bien! Con unos pequeñas alicates se cortó los alambres .Creció con un poco de retraso .

Pero la sensación de libertad que sintió al quitarse el alambre fue tan fuerte,  que le dejo  una sonrisa en los labios hasta el día de su muerte, muchos años después.

El Mar . Roberto Díaz Quintana (Historia de Abril)

Había una vez una familia que tenía un pequeño barquito velero, el padre que se llamaba Antoni tomo la decisión de hacer una ruta por el mar visitando otros puertos del mundo.


Antoni le comunico a toda su familia lo que había pensado, María su mujer, William su hijo mayor y a pequeño Tintín, ellos con gran alegría aceptaron la idea de su padre.


A las dos semanas de tal decisión zarparon del puerto de Malta, adentrándose así en el mar, rumbo a esos puertos desconocidos.

Navegaron durante varias semanas y vieron las cosas bonitas y maravillosas que te ofrece el mar: delfines, ballenas, peces que desconocían, etc.

El rey poderoso que perdió la razón . Roberto Díaz Quintana (Historia de Marzo)

Cierta vez hubo un rey poderoso y sabio que gobernaba en la lejana ciudad de Damasco, más allá de las montañas .Y era temido por si poderío y amado por su sabiduría.

En esos tiempos, en el corazón de la cuidad había manantial cuya agua era fresca y cristalina. De él bebían todos los habitantes, incluso el rey y sus cortesanos, pues no había allí otro manantial.

Una noche, cuando todos dormían, una bruja entró en la ciudad y vertió siete gotas de un extraño liquido en el manantial, diciendo: "Desde este momento, aquel que beba de este manantial agua se transformara en loco."

A la mañana siguiente, todos los habitantes, excepto el rey y su señor  ministro, bebieron del manantial y se transformaron en locos, como bien había predicho la bruja.

Y durante todo aquel día el pueblo en las angostas calles y en las plazas del mercado no hacía otra cosa que murmurar entre sí:"El rey está loco. Nuestro rey y su señor ministro han perdido la razón. No podemos ser gobernados por un rey loco .Debemos destronarlo".

Aquella tarde, el rey ordenó que llenaran una copa de oro con agua del manantial. Una vez traída, bebió y dio de beber a su señor ministro. Y todos se alegraron de  aquella distante ciudad, pues el rey y su señor ministro habían recobrado la razón.