Un sueño por cumplir. María Valencia Vega

              Un sueño por cumplir

 

Me desperté como siempre, disponiéndome a seguir la misma rutina de todos los días.

Desde pequeña sabía lo mucho que me gustaba bailar, así que, sin dudarlo, a los cuatro años me apunté a danza. Me encantaba que mi profesora me pusiera un puntito verde en la mano cada vez que hacía bien un ejercicio.  Ella, sin sin que fuera consciente de ello, era la que me motivaba a seguir haciendo lo que más me gustaba.

Me molestaba que la gente me dijera que eso era una bobería, que sólo consistía en hacer piruetas y mover un poco los brazos. Yo, en el fondo, sabía que eso no era cierto.

Por eso, a los 7 años me lo tomé todo un poco más en serio y empecé a esforzarme como nunca lo había hecho. Las clases cada vez eran más complicadas, pero a pesar de su dificultad, nunca tiré la toalla.

Pasaron los años, concretamente cuatro, cuando después de una actuación de Navidad me di cuenta que lo que realmente me gustaba hacer era bailar y entonces fue cuando supe que había nacido para "hacer piruetas y mover un poco los brazos"

A día de hoy, sé que ese es mi sueño, mi pasión y, sin duda alguna, lo que quiero hacer el día de mañana porque el ballet no es sólo un arte, también es un modo de vivir, de expresar, de existir y, sin lugar a dudas, un estilo de vida.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario