Cuento Canario

Me cuentan mi madre y mi abuela, que en Agaete, hace muchos años, llegó a casa una carta que era de un hombre que trabajaba en el Banco Central, que era amigo de la familia. Decidieron, las dos juntas, ir a llevarle la carta a su casa. Cuando llegaron, éste no estaba.
Un poco más abajo, siguieron caminando y había un solar grande, que actualmente está por debajo de la gasolinera BP. Mi abuela le dijo a mi madre:
- Tengo ganas de hacer pis.
Y mi madre le contestó:
- Mira allí hay un hueco, ponte allí.
Estando mi abuela agachada, mi madre se quedó enfrente , miró para la pared y le dijo a mi abuela:
- Mamá, mira donde está tu sombra.
Mi madre se quedó mirando de nuevo a la pared y le volvió a decir:
- Tu sombra no puede ser, porque tu estás agachada y ella de pie.
Y mi madre le dijo a la sombra:
- ¿Por qué no dice quién es para una no asustarse?
La sombra ni contestaba ni se movía y fue cuando más miedo se le metió a mi madre en el cuerpo y le dijo a mi abuela:
- Si no te levantas te quedas ahí, porque yo me voy.
Se levantó mi abuela y la sombra se marchó.

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