La pasión de Decanigo. Moisés García Santana. Gran Canaria.

Érase una vez, en un pueblo lejano vivía Javier. Un día salió al parque y se encontró con una niña súper guapa, se acercó y le pidió salir. Al cabo de unos meses Javier se dio cuenta de que se llamaba Decanigo, era negra y calva. Inmediatamente Javier quiso cortar su relación con Decanigo, al darse cuenta de su físico. Unos días después Javier seguía pensando en ella y no podía vivir sin ella. Intento buscarla, pero no la veía por ningún lado. Pero un día sintió una voz a lo lejos, enseguida corrió y la encontró. Le pidió que volvieran, ella después de pensarlo le dijo que sí. Javier sentía una pasión por Decanigo tan grande, que nunca más se podría separar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario