Max es un un niño africano que vive con sus abuelos tras la muerte de sus padres. Hay muchos días que no come, debido a que sus abuelos no tienen comida para poder alimentarle. Todos los días Max dice: - Tengo hambre. Él no puede estudiar como la mayoría de sus amigos, pues ellos tienen algo que Max no pude tener porque su abuelo tiene una grave enfermedad de corazón, y su abuela no puede trabajar por discriminación a la mujer.
Hace unas dos semanas, a Max le llegó una carta en la que le dejaban ir a una pequeña escuela. Esa ilusión se marchó, pues vio el camino que tenía que cruzar para poder llegar a la escuela. Exponía su vida al peligro.
Junto a la carta, también venía una cesta con comida y un poco de dinero. ¡Eso fue lo que más ilusión le hizo, poder comer!
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