Querida abuela.
De lo voy a hablar ahora no es de amor, ni tristezas, ni de sueños que quieres llegar a cumplir… voy a hablar de algo mejor, de un amor como no hay otro, como el que siento por mi abuela.
Es que es difícil empezar algo así cuando se trata de una persona como ella. La verdad que viví muchos momento felices con ella, porque cada uno de ellos ella intentaba sacarme una sonrisa (y mira que eso era difícil cuando era peque) pero quizás no lo suficiente. Lo bueno de los recuerdos es que nadie puede quitártelo cada una de tus vivencias, tus momentos, cada instante es tuyo y te pertenece. Nadie te lo podrá quitar. Ni tampoco podrán quitarte tus sonrisas o lágrimas al recordar algunos de esos momentos. Claro que… ¿si careces de recuerdos? ¿y si lo que recordamos es tan poco que parece insuficiente? A veces me duele tener tan pocos recuerdos. Me gustaría poder recordar tu voz, tu olor, lo que me dirías ahora mismo. Me hubiera gustado guardar cada uno de los días de mi rutina en mi memoria y ahora poder verlos una y otra vez, pero claro, nunca me hubiera parado a pensar ¿y si mañana no estuviera conmigo? Total, tenía 7 años y una vida por delante. Porque ahora solo tengo reflejo de algunos momento, tú viendo la tele, tú y tus potajes, tú y tu pequeña sonrisa que secabas muy pocas veces… Tú. Me falta mucha vida contigo, yo quería tus consejos, yo quería vivir contigo. Yo quería que pasaran los años y verte a mi lado, cuidando de mí como cuando era pequeña. Y al fin y al cabo sé que sigues cuidando de mí, pero no puedo evitar echarte de menos, todos los días de mi vida. Te quiero querida abuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario