La leyenda del Elmer. Gracia María Vega del Pino. Gran Canaria.

  
   

                                                                                                  La leyenda del Elmer

David, su hermana Sara, su mejor amiga Judit y sus padres se van de vacaciones a un pueblo llamado El Tejano, donde viven sus abuelos. Cerca de ese pueblo se encuentra una cordillera llamada Elmer. Al llegar les recibieron preparando la merienda. Mientras la abuela ponía la comida en la mesa los chicos contaban anécdotas. Sara con tan solo 4 años intentaba subir a uno de los taburetes de la que cayó. Se lamento y en ese momento el rostro alegre del abuelo cambio inesperadamente. - ¿Qué te pasa abuelo? Pregunto David muy preocupado. Los padres de David se llevaron a Sara fuera, entonces el abuelo respondió a la pregunta que le había hecho. – Bueno, no es nada muy importante tu sabes que los mayores nos asustamos por nada. Decía el abuelo intentando no decir la verdad a los chicos. –Abuelo no me engañas, nunca te has sorprendido como hoy lo has hecho, dinos lo que te pasa. Indeciso y cabizbajo empezó a contar la historia. – No os debéis preocupar es solo una leyenda. Hace mucho tiempo vinieron al pueblo un grupo de excursionistas que querían subir a la cima de la cordillera Elmer. Una mañana muy temprano salieron del pueblo para llegar allí antes del atardecer. Pero ese día era muy ventoso, y era casi imposible caminar y mantener el equilibrio al mismo tiempo. A poco para llegar uno de los excursionistas perdió el equilibrio y sin querer empujo al vacio a uno de sus compañeros. Me he asustado porque yo y muchas personas del pueblo  hemos oído el lamento.

 David y Judit entusiasmados por la historia que les había contado su abuelo.  Decidieron hacer un plan, para que su padre le llevara esa misma noche a la casa que tienen los abuelos en la montaña. Cuando los padres entraron en casa se lo contaron, pero su padre no estaba muy decidido, así  que la abuela ayudo a los niños a animar a su padre.

Prepararon lo necesario. Ya en la casa de la montaña el padre y Sara estaban durmiendo. Ellos  salieron y decidieron emprender la aventura. Cuando salieron escucharon el lamento. En ese momento se asustaron pero era más la curiosidad que el miedo.

Cada vez se escuchaba más cerca el lamento. Solo  había una gran roca con una grita. De alguna forma el viento conseguía entrar en aquella grieta y producir ese sonido. -¿Por qué se escucharía desde ese día el ruido y no antes? Pregunto Judit a David. David tardo en responderle.- Creo que ya sé que paso, ellos como nosotros, intentarían subir pero se encontraron con la roca y  no podían pasar a sí que seguramente intentaron romperla pero solo consiguieron hacer esa pequeña rendija. –Si, ¿pero como explicas que nadie volvió a ver aquel excursionista? Pues ellos serian ingleses y en el pueblo casi nadie habla inglés y no sabrían a ciencia cierta lo que paso, y puede que el otro llegara antes que los demás a la guagua que les llevaría a otro sitio .y no lo vieran. Los chicos alegres decidieron volver a la casa de la montaña y por la mañana contar a los abuelos lo sucedido.

 

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