Pablo Mena

La llama de dos relojes.
Erase una vez dos extraños que parecían estar conectados. No era por el móvil  sino por un invisible sentimiento que nunca llegaba la hora de despertar esos sentimientos. Un día  de verano el calor se asomaba por la ventana  Andrés decidió revisar  la web cam de la playa y se percato como una chica posaba con su magnifico reloj que marcaba  sus maravillosas pulsaciones. En ese momento Andrés  sintió un vuelco en su corazón y salió corriendo en dirección a la playa donde la bella chica posaba, cuando este llegó la observo detenidamente como si fuera la ola más perfecta de la playa.  Cuando la chica sintió  una inesperada mirada, se recolocó el  pelo y en el momento que decidió acercarse escondió  su reloj  para que no marcaran las pulsaciones de ese sentimiento encontrado. Con una simple mirada sintieron que deberían contarse mil batallas  dándose un paseo a lo largo de la playa, ni se percataron de la bella puesta de sol. Pero en el momento que se oculto el sol y se apago la luz, dió comienzo a un gran incendio de verano.

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