Romina Padilla Pérez. Gran Canaria. El Pozo Sin Fondo.

Había una vez, en el país de Villaverde, una jovencita llamada Jane, a ella le encantaban las aventuras y los misterios. Vivía al lado de un pequeño bosque en el que había un pozo con una pinta de no ser muy agradable, ni de ver ni de oler. Un día, Jane fue a verlo. Le parecía bastante hondo, ya que a simple vita se veía todo oscuro, como si no tuviera fondo. Cogió una piedrecita cercana y la tiro dentro del pozo para saber mas o menos cuanto había de profundidad y si al final del pozo había agua. No oyó caer nada. Decidió ir a la biblioteca del pueblo e investigar. Había un viejo libro lleno de polvo en el que encontró una redacción que decía que era un pozo de mas de dos siglos y, que perteneció a un señor llamado Steven. Cuenta la leyenda que un día se calló y nunca se le oyó caer.

 

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