Pedro era un niño de 13 años a quien le gustaba mucho las manzanas, él se comía una en cada desayuno, comida y cena. Un día no tenía manzanas en la nevera y salió a comprar. Cuando las compró, él visualizó la imagen de un niño hambriento que había en la acera. Pedro se acercó a él y le dio las manzanas que había comprado. El niño le miró a los ojos y le dio las gracias. Pedro sabía que había echo una buena obra de caridad y estaba orgulloso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario