José Ángel Santana Rodríguez.Citapeco.Gran Canaria

Un día mi amigo Citapeco se compró una moto. Vino a visitarme a mi casa para que la viese. Yo me quedé sorprendido al verla, me dijo que la cogiese para dar una vuelta. La cogí y llegué hasta el cruce de la calle dónde vivo, al regresar se me atravesó un gato, para no cogerlo frené y de repente me caí. La moto quedó toda destrozada y yo tenía las rodillas llenas de sangre, por suerte tenía el casco puesto. Citapeco salió en busca de mis padres. Él les dijo que yo me había caído con su moto. Mis padres salieron corriendo. Fui a urgencias. Allí me curaron las heridas y me hicieron una radiografía.  No tenía huesos rotos pero me dolía por el golpe que había recibido. Lo que más sentía en aquellos momentos era pena porque le había roto la moto a mi mejor amigo. 

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