Y SI FUERA VERDAD.
HÉCTOR SANTANA BENEYTO.
 

Era un día soleado, sin nubes, agradable, como un día de verano donde te apetece ir a la playa con tus amigos y quedarte ahí dos o tres horas. Lo único que resultaba un poco extraño es que era invierno y no verano. Es una de esas cosas que te resultan extrañas.

Al final decidimos ir a la playa y cuando llegamos estaba llena de gente, así que nos pusimos a caminar a ver si veíamos  algún sitio para tumbarnos. Nos recorrimos toda la playa y al cabo de un rato encontramos un sitio, era perfecto, no habia casi nadie. Nos quedamos en la playa cuatro horas y cuando nos dimos cuenta eran las siete y nos fuimos.                   

Mientras nos ibamos caímos en la cuenta de que la playa seguía igual de llena a esa hora. Parecia mentira pero así era. Mientras volvíamos nos preguntamos porque la gente seguía aún en la playa cuando ya no había sol, era inexplicable.

Al día siguiente estaba muy nublado y llovía sin parar, estuvo todo el día así, era muy raro.

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